Las nuevas tecnologías han puesto a disposición de los internautas herramientas a través de las cuales declarar amor eterno, renovar votos, expresar admiraciones, confesar sueños, iniciar tímidos acercamientos o, simplemente, ligar. Un álbum colorido y diverso de intenciones, antaño ocultas, que encuentran receptores por millones.
¿Han modificado los foros, los chats, las apps, las redes sociales y las webs de contactos la dinámica de nuestras relaciones sentimentales?
La Red ha dado pie, provocado o dejado patente nuevas formas de conocer gente. Citas y flirteos virtuales conocidos como relaciones modernas que adoptan nuevos conceptos y fórmulas para finalizar relaciones. Maneras cobardes, agresivas y tóxicas conocidas como maneras contemporáneas:
Benching, mantenimiento de la conversación en red sin concretar un encuentro. El benching se puede confundir con el tuning, inicio lento de una relación en la que estás interesado.
Ghosting, desaparición de la vida de la otra persona sin dar explicaciones, cortar la comunicación de repente y sin causa aparente, también conocido como zombing. Los fantasmas y zombies que intentan recuperar, de forma indirecta y planificada, la relación que cortaron de raíz dan lugar al fenómeno haunting.
Slow fade, versión ralentizada del ghosting, como fórmula para una ruptura que intenta ser menos dolorosa que el ghosting pero inevitable.
Breadcumbing, tonteo con otra persona sin esfuerzo verbal ni compromiso manifiesto, con la intención de mantener activa una esperanza sin garantías de que se materialice. La versión digital del “ni contigo ni sin ti” tradicional. Una variedad menos intensa y duradera en el tiempo que el benching.
Icing, recurso a un argumento difuso para finalizar una relación. Una excusa inverosímil que deja abierta la posibilidad a una reconciliación incierta.
Simmering, reducción en la frecuencia de los encuentros con el objetivo previsible de romper la relación. Se caracteriza por una comunicación menor y mayor distancia emocional.
Catfishing, se produce cuando la persona que acude al encuentro físico presenta un perfil –sexo, aspecto, edad, etcétera- totalmente diferente al que ofreció en las interacciones digitales. Un ejemplo de esta peligrosa práctica es el goosting, un engaño dirigido a los menores con fines pederastas. Aceptar invitaciones a conectar únicamente de personas que conocemos evita esta perniciosa praxis.
Textlationship, hace referencia a las relaciones basadas en comunicaciones a través de mensajería electrónica, con encuentros físicos escasos.
Solicitar imágenes íntimas de contenido erótico, en formato dinámico o estático, es un peligroso hábito conocido como sexting. Ignora la presión social que te induce a hacerlo y desconfía del uso discreto que puede hacer el receptor con una información tan delicada. Recuerda, ¡solo para los ojos de quien tú decidas!
Ejemplos de relaciones inmediatas, no definidas y tóxicas –con lentas y agónicas rupturas- que alimentan el ego de una de las partes a costa de la angustia de la otra y provocan baja autoestima, ansiedad y resentimiento. “Seudorrelaciones” que atentan contra la intimidad madura.
Me pregunto qué nombre recibirá la práctica -con la intención de generar dependencia emocional- de borrar los mensajes cariñosos unos minutos después de haberlos enviado. También llegará…
¿Cómo protegernos frente a esta formas cobardes de relaciones nocivas? Analizar la situación como si fuésemos espectadores de la misma, con el objetivo de valorarla objetivamente; proteger nuestros derechos como personas y miembros de una pareja; y, establecer límites, a uno mismo y al otro, permitirán disfrutar de una relación de pareja saludable.
En la Red no es necesario colgar una foto de perfil de tu pareja, dar like a todas las publicaciones que realiza, compartir todo lo que hacéis juntos, mantener comunicación a través de todas las redes posibles, espiar a todas las personas con las que mantiene contacto, ni anunciar en todos tus comentarios el profundo amor que os profesáis.
Tu pareja no puede controlar las imágenes y reflexiones que realizas, revisar tus chats personales, espiar tu móvil ni pedirte que le facilites las contraseñas de acceso a tus dispositivos. Fórmulas de violencia de género digital injustificables.
Las manifestaciones de amor, o ilusión, pueden ser públicas –a través de las redes sociales, Facebook e Instagram encabezan la carrera de los anuncios- o privadas –mediante mensajes de chat o WhatsApp, un Skype a dos o una llamada emotiva, aunque un email cariñoso y bienintencionado siempre arranca sonrisas-.
Selfis cariñosos, expresiones positivas -frases personales, breves y originales, pensadas por y para la persona a la que van dirigidas- o historias hermosas son las publicaciones “para todos los públicos” ideales para San Valentín.
Felicidad, optimismo y emoción a raudales dedicado al amor de nuestra vida, al compañero de viaje, a la pareja del momento, al novio recién estrenado o a ese amor que desconoce o no corresponde nuestros sentimientos. En definitiva, a esa persona que nos hace vibrar.
Iniciar un acercamiento, tantear el terreno, pedir una cita, solicitar el inicio de una relación, hablar de avances en la misma o proponer matrimonio a través de estas herramientas no es lo más aconsejable. De dos para dos. Origen y partida de un momento único e inolvidable. Una experiencia privada e íntima que no demanda ni necesita espectadores de excepción para certificar su validez.
Más que nunca, el face to face es el verdadero protagonista, en persona o a través de videollamada. Aprovecharás todas las bondades de la comunicación verbal y no verbal: gestos, miradas, sonrisas, tonos de voz, silencios, entonaciones…, además de conocer las emociones que provocan las amorosas solicitudes.
Si la paciencia no es tu fuerte y quieres anticipar algo de lo que te propones, prepara tu “estrategia”. Crea interés, genera expectación o suscita curiosidad a través de tus mensajes de WhatsApp –es algo íntimo, entre dos, en las redes ya anunciarás después lo que quieras-. Eso si, ¡no des demasiadas pistas y sé creativo!
“Mientras tenga vida, te amaré” es mi declaración de amor favorita. ¿Y la tuya?
Autor: Mar Castro, Pionera en investigación y difusión de NETiqueta en España y colaboradora de Dialogando.