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Comportamiento - 25/09/2017

Elegí Cuidarte

5 min Tiempo de lectura

Internet nos encanta. Es innegable. Ya no podemos medir las horas que pasamos conectados, porque casi todo el tiempo estamos chequeando o usando chats, redes sociales, videojuegos y distintas apps. Ahora bien, existen riesgos en la Web. Esto también es innegable.  Lo importante es, para empezar, entender que una cosa no cancela a la otra. Es decir: Internet nos encanta y también genera algunos riesgos que debemos conocer para poder prevenirlos y disfrutar más aún de esa tecnología que tanto nos gusta. De hecho, podemos agregar, que los riesgos que existen no son culpa de la Web en sí misma, sino de las personas que la usan.

Uno de los principales riesgos es el denominado grooming, que es cuando un adulto tiene la intención de acosar sexualmente a un chico o una chica a través de Internet, en cualquiera de sus formas. En nuestro país esta práctica es un delito. Es decir, que quien abusa de un chico o chica por Internet debe ser denunciado y hasta puede llegar a la ir a la cárcel por ello.

¿Cómo sería un típico caso de abuso en Internet?

Un adulto miente sobre su identidad, crea un perfil falso y contacta a chicos y chicas. Utilizando la información que los mismos publican o comparten, genera una relación de amistad y empatía hasta el punto de pedirles fotos o videos íntimos adjuntos, que activen la cámara web para quitarse la ropa o incluso un encuentro personal. Muchos casos incluyen luego una fase de extorsión, donde el abusador pide más imágenes, encuentros personales o información, a cambio de no hacer público lo que ya obtuvo.

Una situación muy fea y angustiante ¿no?

– Lo primero a pensar y reflexionar sobre este tipo de abusos, es que en Internet es muy fácil crear un perfil falso. Cualquiera lo puede hacer. Existen muchos programas que permiten que, sin ser expertos, los abusadores logren generar perfiles falsos muy difíciles de identificar.

– Lo segundo a tener en cuenta es que, así como en la vida offline, en la Web no todo el mundo tiene buenas intenciones. Por lo tanto, pueden existir usuarios que nos contacten por algún medio online que busquen hacernos algún tipo de daño.

Cada vez hay más casos de niños, niñas y adolescentes, que conocen usuarios a través de Internet y que luego de un tiempo empiezan a sentirse incómodos con esos vínculos o relaciones. Que se sienten avergonzados por lo que hacen y evitan buscar contención en sus padres o adultos de confianza.

¿Por qué vemos tantos casos de grooming?

Cada día se vuelve más común conocer personas por Internet, con todo lo beneficioso que eso tiene. Es una gran oportunidad. Sin embargo, la Web es un espacio donde conviven millones de personas (no es una forma de decir, son millones realmente) que como dijimos, pueden querer dañar o abusar de los chicos y chicas.

La clave está, entonces, en por un lado cuidarse y por el otro buscar adultos de confianza a quienes pedirles consejos o ayuda en situaciones dudosas, de alerta o preocupantes.

¿Cómo nos cuidamos?

– Teniendo en claro que aquella persona con la que hablamos puede estar mintiendo sobre su identidad.

– Cuidando la información que le mostramos, ya sean fotos con datos personales, posteos con información sobre nuestras actividades o videos donde se vean objetos, direcciones o datos que muestren situaciones o pertenencias personales.

– Configurando la privacidad en las redes sociales para elegir a quién le mostramos lo que le mostramos.

– Generando buenas contraseñas en todos nuestros dispositivos para que nadie pueda sacarnos imágenes o datos íntimos que guardemos ahí.

¿Es esto todo lo que debemos hacer para evitar estas situaciones?

No, podemos hacer mucho más.

Principalmente entender que el cuidado parte de nosotros. No podemos pedirles a extraños que lo hagan en nuestro nombre.

Pero lo más importante es poder charlar estos temas con nuestros adultos de confianza. Ellos sabrán cómo ayudarnos, sin culparnos, ni hacernos sentir mal. Por más que nos de miedo o vergüenza, es necesario que rompamos el silencio. Nuestros papás y nuestras mamás, nuestros tíos, abuelos o docentes no nacieron con Internet y las redes sociales, pero sí tienen gran experiencia que les dio la vida para poder ayudarnos. Y a pesar de que no sepan tanto de internet como nosotros, siempre nos van a poder dar una mano. Ellos también tienen miedo de que nos pase algo malo en el mundo digital, pero lo primero que van a hacer si se enteran de un problema que tenemos es ayudarnos.

Elegí Cuidarte.

Autor: Ezequiel Passeron, Director de Faro Digital (Ong para la construcción y promoción de una ciudadanía digital).

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